Por Varinia Signorello, psicóloga Infanto/Juvenil & Femenina
Mamá: a veces dar de mamar no es tan fácil como se cuenta, a veces cuesta algunos pasos extra.
A veces no baja la leche, a veces hay mal acople, a veces duele, a veces (siempre) cansa, a veces no sabrás si es lo mejor.
Siempre es una llave abierta, siempre la lactancia tendrá para entregarme, si succiono produces porque estas hecha para mí y yo hecho para ti (y por ti)
Mamá eres todo lo que necesito pero no puede sola, necesitas viento fresco en tus hombros y pasos en tus piernas. Necesitas de una tribu que te contenga.
A veces encontrar apoyo no es fácil, a veces no tenemos dónde mirar. Pero si dejas atrás lo que caminaste y miras hoy quien te rodea, tu intuición te sabrá decir quien es aporte y quien no ayuda en esto de criar.
Mamá, puedes alimentarme. Así tan simple como puedes amarme. Aceptando que amar es navegar en aguas calmas que pueden atormentarte pero que volverán a la calma así como el día y la noche aparecen. Déjate llevar por la marea. Busca refugio y pelea.
Navegar en las aguas de la maternidad es todo un arte, uno que sabes crear porque me creaste, busca rodearte por quienes construyen. Pregunta, busca , pide ayuda, sola no se puede y acompañada duelen menos los momentos de tormenta.
Defiende lo que es tuyo. Tu derecho de hacer con tu cuerpo lo que quieres. De alimentarme y ser fuente. No te juzgo mamá, no te culpo, navego contigo y crezco con cada latido de tu corazón.
Siempre se puede. Si quieres puedes.
Varinia Signorelli