«Los niños que duermen con sus padres tienen menos problemas»

Compartimos esta entrevista al pediatra Carlos González, uno de los más reconocidos a nivel internacional por promover el colecho, el apego y la crianza natural de los hijos . A ver qué les parece?

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Tener un hijo es una experiencia trascendente. Es como una semilla que se planta para garantizar el paso a la eternidad. Por eso es tan importante ser padres, más que el dinero o el trabajo, aunque muchas veces a los hijos no se les dedica el tiempo suficiente. Para el pediatra Carlos González, presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM), es un grave error. Hay padres que colman a sus hijos de regalos para tapar su falta de atención, cuando lo que necesitan son más horas de padre y de madre. González recomienda no hacer caso de los libros que dan consejos para criar a un niño porque lo mejor es dejarse llevar por el sentido común. Parece extraño que lo diga precisamente él, que acaba de publicar Entre tu pediatra y tú. Pero es lo que le dicta su experiencia como pediatra, pero también como padre de tres hijos, que ya comen y ya duermen.

– ¿Cómo criar bien a un niño?
– Compartiendo el mayor tiempo con él.

– Pero hay muchos padres que tienen que trabajar.
– Sí, pero en el fondo todo el mundo se puede permitir cuidar de sus hijos. Mis padres lo hicieron conmigo. Es cuestión de prioridades.

– ¿De qué prioridades?
– Si quieres poseer muchas cosas materiales o estar más tiempo con ellos. A veces el nivel de vida no depende tanto del dinero que ganas sino de vivir cómo quieres y hacer lo que quieras.

– Sus padres lo educaron así.
– Preferían estar conmigo antes que trabajar, aunque no íbamos de vacaciones ni teníamos coche. Yo he seguido el mismo ejemplo. Cuando nacieron mis tres hijos dejé de trabajar y me dediqué a escribir desde casa, porque ¿hay algo más gratificante que ser padre?

– No lo he podido comprobar.
– Hombre, si eres ministro, premio Nobel o cirujano salvavidas, podría ser que fuera más gratificante, pero si eres un pediatra del montón, un paleta o trabajas en un supermercado, lo que más te gratificará serán tus hijos.

– ¿Por qué tener hijos es tan trascendente?
– Dentro de unas décadas lo único que quedará de nosotros será nuestra descendencia. Lo leí en la calle cuando era adolescente, en una pintada en la pared que decía: «Hay que considerar la posibilidad de que la inmortalidad esté en los hijos».

– Nunca me lo había planteado.
– Cómo sean y cómo vivan dependerá de nosotros.

– ¿Qué significa criar a un niño de forma natural?
– Lo normal en la especie humana es hacer caso de nuestro bebé: cuando llora, cogerlo en brazos; si se despierta, consolarlo… Eso de ponerlo a dormir en una habitación aparte y no acostumbrarlo a los brazos se ha inventado recientemente.

– ¿Y si no quiere dormir solo?
– Sobre todo no hay que dejarlo llorar. Es igual que si llegáramos a casa y nos encontráramos a nuestra esposa sollozando, ¿no sería normal preguntarle qué le ocurre? ¿Y si es mi hijo, voy a pasar de largo y ponerme a leer un libro? ¡Pues claro que me voy a preocupar!

– ¿Qué tiene que hacer un padre si su hijo llora por la noche?
– Pues, hacer caso a su hijo, porque, sino, o bien no le dejarán dormir sus llantos o bien sus remordimientos, que durarán mucho más que los lloros. Y yo no quiero vivir con el recuerdo de que «mi hijo me llamaba y yo no fui».

– ¿También lo podemos meter en nuestra cama?
– Claro que sí. Normalmente es lo más cómodo, aunque hay quien se empeña en levantarse seis veces cada noche para consolar a su hijo, pero no estoy dispuesto a hacer ese sacrificio cuando todo se resuelve metiéndotelo en la cama.

– …
– Yo dormí con mis padres, y mis padres con sus abuelos. La mayoría de la gente también lo ha hecho, pero le cuesta salir del armario porque está mal visto. Dijo Gabriel Mistral que «es amargo todo hombre que nunca haya dormido en el regazo de su madre».

– Pero no hay ningún estudio científico que lo corrobore.
– El prejuicio es pensar que los niños que duermen con sus progenitores son más dependientes. Pero, según algunos estudios, los que pernoctan en la cama de sus padres tienen menos problemas de salud mental.

– Vaya.
– Los padres suelen imponer a sus hijos normas absurdas que hacen sufrir a sus hijos y a ellos mismos. Por ejemplo, no cogerlos en brazos a menudo o dejarlos llorar cuando los ponen a dormir solos.

– Entonces, ¿qué normas hay que seguir?
– Las que quieran los padres, las que les resulten más cómodas de llevar a la práctica. Estoy convencido de que no se necesitan libros para criar a un niño.

– Y lo dice usted que es escritor, además de pediatra.
– Sí, me di cuenta de que muchos padres o bien se sentían preocupados por no poder poner en práctica los consejos que leían en libros o bien se les partía el corazón cuando los aplicaban.

– ¿Los padres se preocupan a veces demasiado por sus hijos?
– En cierto modo sí. Y pienso que es consecuencia de que la mayoría de la gente tiene menos hijos que antes y se preocupa por cosas absurdas. Una madre me llegó a decir que qué podía hacer si a su bebé no le gustaba el calabacín. Pero, ¡si muchos padres con siete hijos ni se cuestionan si estos se alimenten a base de hamburguesas y patatas fritas!

– ¡Qué diferencia!
– Hoy en día el 80% de las madres son novatas porque no llegan a tener más de un hijo.

– Y aún así no consiguen educarlos como quieren.
– En España los niños empiezan a ir a la guardería a los cuatro meses de vida, cuando en países como Alemania sólo van un 6%, y en Finlandia la escuela normal no empieza hasta los siete años. Por no hablar de los padres que dejan al niño una hora antes de empezar las clases y los recogen una hora después de terminarlas.

– Tienen que ir a trabajar.
– Sí, y como muchos se sienten mal, intentan compensarlo dándoles todo su afecto y cariño cuando están con ellos. Pero hay otros padres que, como les han dicho que coger a un niño en brazos o hacerle demasiadas caricias es malcriarlo, optan por comprarles juguetes, aparatos electrónicos y llevarlos de vacaciones, con lo cual necesitan trabajar más y, por tanto, estar menos con sus hijos.

– Es un pez que se muerde la cola.
– A veces sustituimos las cosas realmente importantes, como el contacto, el cariño y el afecto, por cosas materiales. Da pena escuchar a padres con niños adolescentes problemáticos decir «ay, con las horas que he trabajado para que no le faltara de nada», pero a lo mejor lo que necesitaba ese niño eran más horas de padre y de madre.

– Incluso, hay niños que no quieren comer mientras sus madres trabajan.
– Sí, este fenómeno es frecuente en niños de cuatro o seis meses de edad. Es una conducta que se observa sobre todo en bebés que toman el pecho. La mayoría de los niños, si fuera por ellos, estarían mamando hasta los dos o cuatro años.

– ¿La solución es conciliar mejor vida laboral y familiar?
– Efectivamente, tenemos una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. Otros países como Suecia tienen dos años de baja por maternidad o reducción de jornada con sueldo entero. Pero en España las ayudas cuando tienes un hijo son una auténtica vergüenza.

– Lo más importante para criar a un bebé es…
– No decirle muchas veces te quiero, porque no lo entiende, hay que demostrárselo: abrázale, bésale mucho y hazle sentir que estarías dispuesto a todo por él.

Fuente: RAQUEL QUELART, Diario La Vanguardia. España.