Por Armando Batista, enfermero servicio de Pediatría, España.
Cuando nació nuestro primer hijo su sitio para dormir era el moisés. Allí lo poníamos cada vez que se dormía y allí intentábamos que pasara las noches, entre tomas, porque ahí creíamos que era donde los bebés debían dormir. Un frenillo sublingual terrible hizo que las tomas fueran muy frecuentes y que eso de darle el pecho en la cama y pasarlo al moisés acabara siendo un imposible (no había ser humano que soportara tantos despertares y aguantara despierto esperando a que acabara de mamar) y así llegamos a pasar cada vez más tiempo los tres en la cama.
Tras leer algunos libros como «Bésame mucho» o «Dormir sin lágrimas«, además de otros artículos, descubrimos que dormir con el bebé era una opción más, que no éramos terroristas en potencia, que es lo normal en la mayoría de culturas del mundo y que era tan respetable como quien pone al niño a dormir en la cuna cada noche. Para mí, el colecho quedó desde ese momento como una opción más que pueden escoger los padres cuyos hijos no duermen bien en el moisés.
Desde hace un tiempo, al seguir investigando y leyendo sobre esta opción me he dado cuenta de que el colecho ya no es solamente una opción, sino que son tantos los beneficios, que ahora me parece ya la solución más lógica. Dicho de otro modo, suelo recomendar a los padres que duerman con sus bebés y ahora les diré por qué.
Dormir con el bebé es beneficioso porque está más tranquilo
Y resumirlo con un «está más tranquilo» es resumir mucho. Seguro que no hay persona que no disfrute con el contacto. Que levante la mano el que no disfrutaría ahora mismo de un poco de masaje y caricias. A todos nos gusta que nos toquen, que nos den un masajito, que nos acaricien, que nos digan cuánto nos quieren. Pues a los bebés también. Y les gusta igual de día que de noche.
¿Por qué crees que cuando nace un bebé prematuro en las unidades neonatales te «casi obligan» a ponértelo en el pecho? Da igual si eres la madre o el padre, te dicen que te quites la parte de arriba, que te pongas una bata y que te pongas al bebé, solo con su pañal, en contacto piel con piel. Es el llamado método canguro que se ha demostrado beneficioso porque los bebés cogen más peso, tienen ritmos cardíacos más estables, están más tranquilos, tienen mejor estado de salud y pueden irse antes del hospital.
Pues bien, si no tienes un bebé prematuro puedes hacerlo igual, tener ese contacto, ese cariño y esas caricias con tu bebé, cuando lo tienes contigo por la noche, a tu lado o encima de ti mientras se acaba de dormir.
El colecho es beneficioso porque los bebés regulan mejor la temperatura
Bueno, me estoy refiriendo más al contacto piel con piel, pero seguro que para un bebé es igualmente más fácil estar calentito al lado de papá y mamá que no solito en una cuna o moisés. Se ha visto que cuando el bebé está en contacto piel con piel con la madre la temperatura de la madre es cambiante según sea la temperatura del bebé. Si el bebé está frío, la temperatura del pecho de la madre aumenta dos grados para calentarle. Si el bebé está caliente, el pecho de la madre baja un grado.
A este fenómeno se le llama sincronía termal y no es más que una muestra más de que los bebés tienen que estar en contacto estrecho con el cuerpo de la madre, y no llorando en una cuna para que se le ensanchen los pulmones, para que no se acostumbre a los brazos o para que se haga independiente.
Dormir con el bebé es beneficioso porque la pauta del sueño del bebé es más regular
Muchos padres lo explican, como lo explico yo también: «es que cuando está en el moisés se despierta a menudo, pero cuando lo metemos en la cama se despierta mucho menos». Lógico, ya que cuando nos tiene cerca no tiene muchos motivos de preocupación. Si no nos ve, si no nos siente, no sabe que estamos ahí al lado. De hecho, no sabe que existimos, y eso hace que salten todas sus alarmas de supervivencia. Su cerebro le dice algo así como «¡qué demonios haces solo! ¡Llora para que venga alguien, estás en peligro!». Y eso es lo que hace.
Cuando un bebé está cerca de su madre y su padre, es más regular la temperatura, son más estables los niveles hormonales, se estabiliza el ritmo cardíaco y la respiración (dicen que al oír la respiración profunda de los padres, ellos también respiran mejor) y funcionan mejor el sistema inmunitario y la producción de encimas (regulan muchos de los procesos del cuerpo). Quizás ésta sea la razón de que los niños que pasan más tiempo en contacto con los padres, como los prematuros de los que hemos hablado, tengan mejor salud, cojan menos enfermedades y tengan una mejor ganancia de peso.
Colechar con los bebés hace que lloren menos
Todo está relacionado, pero hay que decirlo para no dejarnos nada. Al dormir con ellos quitamos razones para que se pongan a llorar, porque ya no nos tienen que llamar, pues estamos a su lado. De igual modo, cuando tienen hambre, mamá está ahí disponible para ofrecerles el pecho enseguida y muchos bebés no llegan siquiera a arrancar a llorar, pues enseguida se cogen al pecho. Si no toman pecho, por una cuestión de cercanía, los padres nos damos cuenta antes que quieren comer o que se quejan por algo y les atendemos antes.
Los niños que duermen con sus padres comen más
Como comentamos hace no mucho, los bebés que duermen con los padres toman pecho por más tiempo. No sabemos si es una relación directa o si es al contrario: los bebés que maman más tiempo, duermen con los padres. Quizás sean simplemente dos sucesos que se retroalimentan y los dos son consecuencia el uno del otro. En cualquier caso, la realidad es que son bebés que toman más leche materna en el tiempo y que, además, hacen más tomas nocturnas, al estar la madre siempre cerca, y esto es beneficioso para el bebé. Es cierto que son más despertares, pero también es cierto que los bebés amamantados se duermen antes.
El colecho ayuda a que los bebés descansen mejor
Como tienen el alimento cerca, como sincronizan su respiración con la de los padres y como se sienten seguros, porque sus cuidadores están más cerca imposible, los bebés que colechan con los padres duermen mejor. Esto significa que descansan mejor, por el día tienen más energía, están más activos y en consecuencia se desarrollan mejor.
Dormir con el bebé es beneficioso para los padres
No sólo se beneficia el bebé del contacto con los padres, sino también los padres de estar con el bebé, por una lógica ecuación: si el bebé duerme mejor, los padres también duermen mejor. No es lo mismo tener que coger al niño del moisés para darle el pecho que tenerlo al lado, que la madre puede ofrecérselo casi al primer gemido.
Está demostrado que cuanto más corto es el despertar, más fácil es volverte a dormir, y esto sucede con los bebés (cuanto más se tarde en atenderle, más llora y más tarda luego en calmarse) y también con los padres, así que es mucho mejor tenerle cerca que no en la cuna o en otra habitación, como recomiendan muchos profesionales del sueño, que logran simplemente que al segundo o tercer despertar la madre vaya por el pasillo de casa dando tumbos, tanteando a lado y lado para no golpearse contra las paredes. Algo muy absurdo que las madres acaban haciendo por las recomendaciones de personas que saben muy poco sobre bebés, por lo visto.
¿Pero no es peligroso?
Muchos estudios establecen una relación entre colecho y muerte súbita y por eso las recomendaciones son diferentes según el profesional que nos atienda: «No duermas con tu bebé», «Duerme con tu bebé», «No duermas con él nunca», «Duerme con él pero solo si no bebes alcohol», «No duermas con él si es en un sofá», y así la gente al final ya no sabe qué hacer, porque mientras leen estas recomendaciones y tratan de seguirlas los bebés siguen llorando porque quieren y necesitan a su madre al lado, y aún más si están tomando pecho.
En el año 2014 la Asociación Española de Pediatría publicó unas recomendaciones de consenso al respecto en las que decían lo siguiente:
La forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. Existe evidencia científica de que esta práctica disminuye el riesgo de SMSL en más del 50%.
Y después confrontaba estos datos con la necesidad de ser amamantados a demanda y entonces nos decían esto:
La lactancia materna tiene un efecto protector frente al SMSL y, por otro lado, el colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia materna, pero también se considera un factor que aumenta el riesgo de SMSL por lo que no debe ser recomendado en:
- Lactantes menores de tres meses de edad.
- Prematuridad y bajo peso al nacimiento.
- Padres que consuman tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
- Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
- Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones.
- Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas.
En Septiembre del mismo año se publicó una revisión de estudios en que se analizaron los datos de 400 niños que padecieron muerte súbita, comparándolos con 1386 niños vivos como muestra de control. Vieron que en el momento de la muerte el 36% de los niños del grupo de SMSL estaba durmiendo con los padres, frente al 15% de los del grupo de control. Con estos datos, podríamos pensar que el colecho es un factor de riesgo para la muerte súbita, pero al ver los datos de cerca se observa que:
- Las probabilidades de SMSL en los bebés que dormían con sus padres en un sofá o al lado de un padre que consumiera más de dos unidades de alcohol eran mucho (pero mucho) más altas que en los casos en que esto no sucedía (Odds Ratio de 18,3, cuando un Odds Ratio de 1 diría que el riesgo no aumenta ni disminuye, que es el mismo).
- Si dormían al lado de alguien que fumaba y tenían menos de 3 meses las probabilidades de SMSL eran también mayores (OR de 8,9), aunque ese riesgo era mucho menor en los mayores de 3 meses (OR de 1,4).
- Si los padres dormían con el bebé en ausencia de estas prácticas el riesgo de muerte súbita no era mayor que los que dormían en su cuna (OR de 1,1, que se considera no significativo), aunque esto habría que dividirlo por edades: los menores de 3 meses tenían algo más de riesgo (OR de 1,6) y los mayores de 3 meses mucho menos (OR de 0,1), confirmándose que a partir de los 3 meses el colecho es una práctica muy recomendable.
- El uso del chupete era un protector ante la muerte súbita solo en los bebés que dormían con sus padres, y dormir en posición prono (boca abajo) solo era más peligroso si los bebés dormían solos.
Dicho de otro modo: colechar si bebes alcohol es muy peligroso, una práctica totalmente desaconsejada. Dormir con un bebé en un sofá es muy peligroso, una práctica que los padres no deberían hacer. Dormir con un bebé si uno de los padres es fumador es peligroso hasta que cumple 3 meses de edad, y en consecuencia el fumador debería dejarlo o bien dormir en otra habitación. Dormir con un bebé de más de tres meses, si no bebes alcohol ni consumes otras drogas y si duermes en una cama siguiendo las medidas habituales de seguridad para el colecho, hace que tu bebé tenga muchas menos probabilidades de padecer muerte súbita que si duerme separado de los padres.
Es decir, el colecho protege contra la muerte súbita si se hace de manera segura, pero puede resultar muy peligroso si se hace mal. De hecho, es probable que sea seguro incluso desde el nacimiento, si se hace de manera segura (así lo señala UNICEF en su último informe al respecto).
Así que como se dice habitualmente: vuestras noches son vuestras. Puedes hacer lo que quieras porque una vez se cierra la puerta de casa nadie sabe ni tiene que saber qué pasa ahí dentro, sea cual sea la decisión final. Por mi parte lo tengo claro, dormir con los niños es lo mejor para ellos y para los padres y al final se convierte en algo tan natural y normal como subirnos juntos a un ascensor o ir juntos en un coche. ¿Verdad que no tiene mucho sentido hacerlo separados? Pues para mí, que llevo ocho años colechando con niños, me parece comparable.